II
Hay que perdonar
al viento por lo que con él se fue,
hay que soltar
el porqué
con un ave al firmamento.
Pero el viento
ya no es viento,
es como pintura mate,
sigue entonces
el debate de seguir sin ver atrás,
con el paso
perspicaz de un ya perdido
combate.
Hay que soltarse
del barco para llegar a la playa,
hay que cruzar
esa raya que nos separa
del marco.
Pero el barco
ya no es barco,
es un difuso espejismo,
sería entonces
cinismo con un disfraz de traición
resolver
esta ecuación de pelear
contra uno mismo.
Hay que matar
esa sombra que procura enceguecer,
hay que desaparecer con la luz
bajo la alfombra.
Mas la sombra
ya no es sombra
solo es mancha
que quedó de un ayer
en que fui yo como viento que trae frío,
como barco
por el río,
sombra
que ya se perdió.
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