sábado, 24 de julio de 2010

Río Sauer, Parte 3

III
Luxemburgo,
piel de roca,
¡qué grises son tus ocasos!,
me visitas en los pasos
como un frío que me toca.

Te haces versos,
te haces boca
que me bebe sin control.

Luxemburgo
¿tienes sol?
¿tienes palabras que darme?
¿tienes música en desarme
que contenga un Si bemol?

Luxemburgo,
piel de jade,
¡qué verdes son tus paseos!,
me persiguen coqueteos
de tu nombre que me invade.

Te haces rocío
que añade vida
a mi intangible ponto.

Luxemburgo,
nunca es pronto
para atarme a tu frontera,
conocer tu voz quisiera
con oídos que te apronto.

Luxemburgo,
piel de lujo,
qué lejano tu lugar,
tu Borschette, tu Bernard,
tu Michel Rodange,
tu embrujo,
tu misterio que sedujo
toda mi animosidad.

Luxemburgo,
si es verdad que existes,
dame un abrigo,
un momento mientras sigo
de tu fuente la heredad.

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