II
Me siento igual que un tiro al blanco,
Amenazado por tantos filos,
Corro por las calles como si me persiguieran,
Trato de esconderme en un texto
Y miro como cada adjetivo me traiciona,
deja pasar al delincuente que quiere terminar con mi vida…
Me siento igual que un bistec herido,
Y estoy saciando el hambre del mundo
Con mi sangre, con el desparramar de mi existencia,
Y el planeta entero escupe mi humanidad con asco…
Me siento igual que un charco de lluvia con un cigarro moribundo cerca,
Me empiezo a marear con ese humo agónico,
He teñido de frío el suelo maldito
mientras éste me succiona hasta que desaparezco…
Me siento igual que una nube perdida en medio de la noche,
No tengo a donde ir, no conozco el camino,
Y cada paso que doy es una amenaza a mi integridad…
Estoy en un borde muy delgado,
En la frontera entre dos abismos,
Clamo a Dios porque esta orilla sea un puente,
por eso y porque yo esté avanzando.
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