II
Si no eres palabra, eres símbolo talvez, no se de qué…
Tu rostro refleja de otro mundo al mío una quietud que trata de despojar la incertidumbre que está tendida entre nos como una hamaca para la lluvia acida…
Haberte querido implica haber tropezado con el velo invisible de entre tiempo y tiempo, haberlo rasgado…
Haberlo perdido.
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