sábado, 30 de octubre de 2010

XXVIII

La fruta se madura en una rama
que al árbol se consagra parte unida,
la flor que al tallo adorna presumida
desdeña el vil encanto de la grama…

Pero la mano puede más que el fruto,
dos dedos más que el pétalo y la rosa,
la espina en cambio es diferente cosa
pues toma de la sangre su tributo…

El viento mismo en alas y mil picos
que mece la cosecha y la devora
más fuerte viene a ser que la verdura,

Retrato trastornado en mil añicos
de aguja que camina a uno por hora
no explicará la escena que perdura…

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