I
La sepultura del día se ha llenado de chispas,
parece que ya no brillan,
mis ojos se acostumbraron tanto a ellas…
Los colores se han vuelto solo gamas de negro a blanco,
las sensaciones se han vuelto matices de tristeza,
Las sombras son una lluvia de estertores y cicatrices perdidas,
Ya no queda nada por decir…
Hay un cartílago escondido entre las doce y la una,
un salto desde un carro en movimiento a un tren de carga vacío.
He medido cada línea que recorre el callejón del silencio,
es un trecho largo pero no es suficiente para llegar a la entrada del nuevo día.
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