IX
La primera cuerda de mi guitarra se ha vuelto grave, tan grave,
ya no suena tu melodía como melodía de sueño,
es una garganta cercenada en mitad del silencio
y una nota de la escala del búho la sintetiza.
El ímpetu de ceremonia que se quedó enredado en tu cabello
se ha convertido en una salida al reencuentro de la silente batalla…
Tengo una esquirla guardada en una burbuja de plástico,
la nave se apresura a zarpar,
Tu otro zapato se quedó junto a la silla reclinable,
¿Recuerdas? Allá cerca de la fuente, en el jardín a donde llegamos esa mañana…
Tengo guardada esa ocasión en mi bolsillo y una copia bajo la almohada,
caminamos como cien metros desde el pasillo por un patio grande,
y se nos hizo tan brillante el espectro áureo de un martes,
el viento de la playa nos abrazó con todo y su aliento a mar…
Un desayuno de ausencias fue todo lo que pudimos cocinar…
la nota de la noche se volvió tan grave…
tan solitaria, tan vacía, tan fría…
la primera cuerda de mi guitarra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario