(antes que nada aclaro que este lugar llamado "Los Jardines de Luxemburgo" está en París)
Sueño del que desperté,
terminó toda ilusión,
Solo, con una canción
triste al final me quedé.
Tomé fuerzas, no lloré
y el día me fué testigo,
Luego del duro castigo
que por nada recibí,
una cosa yo aprendí
siempre cumplir lo que digo;
Sé muy bien que en este adiós
mi cariño te demuestro.
El dolor es buen maestro
y un sollozo es esa voz
que el hombre manda hasta Dios,
bebiendo la amarga hiel.
La letra hiere al Papel
y al corazón las palabras,
por cada ventana que abras
mi voz entrará en tropel
para decirte mil veces
nunca serás olvidada.
Por cada noche estrellada,
Por cada campo y sus mieses,
Por cada lago y mil peces,
Por cada herida que purgo,
Cada vez que un dramaturgo
llanto en su prosa traerá,
Mi corazón buscará
un jardín en Luxemburgo.
2 comentarios:
este poema evoca sentimientos encontrados. Muy tuyo, cuando lo leo lo recreo.
tiene fuerza, pero no libertad...
alli lo dejo...
Créeme Ángel y te lo digo con una lágrima en mi mejilla, éste sentimiento puede tener toda la fuerza del mundo, pero nunca libertad...
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