Desde mi isla atormentada
Va a las costas eternales
Mi suplica y los astrales
Ojos ven tras de la helada,
Sus manos sostienen cada
Proporción del infinito,
¿Quién soy yo? Digo al Bendito
Para pedir cosa alguna
Del que fabricó la luna
Con dulce amor infinito.
Tengo salud, tengo vida,
Promesa de dicha plena,
Debo sin ninguna pena
Confiar que hay una salida
Para cada sacudida
Que este existir puede dar.
En su corazón lugar
Todo el que se humilla tiene,
Lástima del que no viene
Sus vestidos a limpiar.
Hay un Dios, Hay un Señor,
Uno solo al que adorar,
Para la vida encontrar
Hay un solo mediador.
Pongo a Cristo El Salvador
Como Rey de mi universo,
Pues si frente a cada esfuerzo
Su voluntad no persigo,
Vano es todo lo que sigo,
Vano el dicho y vano el verso.
Señor, atiende a mi llanto
Por la aflicción que me tensa,
Ya mi mente nada piensa
Vivo en un cruel desencanto
Cada vez que me levanto
Y hasta que intento dormir
Es causa de mi sufrir
La pesada incertidumbre,
Dame luz que bien me alumbre
Para tus pasos seguir.
Señor, atiente mi ruego
Que estoy pronto a fallecer,
Sabes que no puedo hacer
Nada solo yo y mi ego.
Señor, apaga este fuego,
Sácame de este dolor,
Escucha, Dios mi clamor,
Echa a la mar mi pecado
Para que pueda a tu lado
Morar en paz, mi Señor.
Dios, si en algo he fallado
Vengo a pedir tu perdón,
Mira que no es mi intención
Ser un hombre condenado
A la imperfección, de agrado
A tus ojos quiero ser,
Solo tu puedes hacer
Perfecta la obra en mi,
Pues si estoy lejos de ti,
Presto estoy a perecer.
Gracias mi Dios pues comprendo
Que tu voluntad es buena,
De confianza siento llena
Tu voz que en mí viene siendo
Luz del cielo descendiendo
Y una promesa cumplida,
Está mi alma conmovida
Por contar con tu favor,
Para pagarte, Señor,
No me alcanza con la vida.
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