miércoles, 5 de mayo de 2010

Elogio de un Cuerpo Ajeno, Parte XVII

El sueño

Calor de una fantasía que me mira
diariamente,
universo permanente en que siempre
tu eres mía.
Ilusión
que en clave envía con tu voz
una postal,
con la inconciencia total
y con suave movimiento que trastorna
de momento
mi somnífero quicial.

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