el valor de trabajar,
Aprendí que hay que ganar
digna vida con empeño.
Aprendí que todo sueño
puede hacerse realidad,
Aprendí que la verdad
es invaluable riqueza,
Aprendí que la pereza
no merece la piedad.
Aprendí que era el castigo
la justicia merecida,
Aprendí que en esta vida
eres mi mejor amigo.
Aprendí a contar contigo
a admirarte a querer ser
hijo que has de merecer;
Ser orgullo de tus canas,
de vivir darte mis ganas
y feliz poderte ver.
Aprendí que en una mano
llevabas el cinturón
pero en la otra el corazón,
Aprendí que no fue en vano
pues me hiciste el ser humano
que levanta la cabeza
con orgullo y con certeza
de tener en ti un aliado.
Maestro experimentado
que consuela mi tristeza.
Aprendí que un padre bueno
no es el que todo consiente,
ni el que vive indiferente
viendo a su hijo como ajeno.
De cariño tengo lleno
el pecho porque aprendí
que tenerte junto a mi
es regalo por Dios dado.
Padre, ¡Cuánto te he admirado!
Quiero ser igual a ti.
Walter Gonzalez
.
1 comentario:
Oigame me imagino que ese es su papa, gracias. . . .saludos para el tambien, que feliz debe ser al tener un hijo como usted. . . muy buena, muy buena!
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