miércoles, 14 de abril de 2010

Elogio de un Cuerpo Ajeno, Parte VIII

Los pies

Como estás carente de alas
(¿o tienes alas acaso?)
escucho
de cada paso un sentir en que resbalas…
Con tu caminar señalas un sendero
y una pista
en que mi figura exista para unirme a tu paisaje
con un beso y un masaje
que en silencio
te desvista.

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