Rincones sin luz, perdidas estrellas que sin una órbita se arrastran donde la cósmica locura huye y delira…
Un cosmos abierto invita desde el sol a la galaxia a internarse en la batalla que comenzó en cualquier luna nuclear de un planeta…
Lluvia de polvo estelar me ataca…
no puedo avanzar, la nave se ha rendido al primer golpe de hielo volátil,
¿Norte?
¿Sur?
¿Este?
¿Oeste?,
no traje brújula para orientarme (de todas formas no creo que sea muy útil), no tengo
abrigo, comida o agua, perdido estoy y me traga de golpe el espacio inmenso.
Tragedia de sombra, noche de incerteza y roca sólida, la estrella fugaz me toca, va a volcarme con un roce de su cola, miro el roquet que se estrella en otra luna, y una angélica figura se me imprime en la retina, miro atrás, siento la risa de una nebulosa bruma.
Salgo de la frágil cápsula sin sentir el suave oxígeno, ni luces del sol, ni abrigo de nubes, de árboles, nada, a lo lejos, una extraña centella explota y me envía de regreso a la perdida nave y consigo andar por la noche sobre un haz de calor por nubes frías.
No hay comentarios:
Publicar un comentario