La canción de nuestro idilio
resurgida de mi sueño,
y la suerte del empeño
me obligaron al concilio
de que tú desde el exilio
revistieses mi ilusión,
extraña la exclamación
que tiende a encontrar salida
por las grietas de la vida
que se mece en un ciclón…
y reviví la nostalgia
de algún ayer marchitado
que extendido en el pasado
no logró la dizque magia
que disocia la neuralgia
con un restado placer,
¡Qué mentira suele ser
suponer que lo vivido
es más que tiempo perdido!,
nada queda del ayer…
no entiendo porqué te quiero
si se bien que ya no estás,
no sé porqué nadie más
impacta con el certero
dardo en un tiempo primero
para causar el estrago
que significó el embriago
de ilusionar la mentira,
recuerdos de ti, la pira,
la llama en que me deshago…
y siento que son tus pies,
los de los pasos silentes,
los que vienen, los siguientes,
los que vuelven otra vez,
ya sé, todo es al revés,
¿Qué te digo?, estoy cansado
y mi mente se ha estancado
en un pálpito que terco
me invita mientras me acerco
a un fantasma del pasado…
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