Y ¿Cómo evitar mirarte?
Si la noche, tu escenario
dicta a mi ser primario
la razón de no ignorarte…
Todo se vuelve parte
de una conjura sutil…
En medio de un infantil
lapso de dependencia
me pierdo en la no conciencia
de la locura febril…
Tu cosmos ¡Que maravilla!
Me absorbe tranquilamente
y yo, planeta silente
me mezo en la tenue orilla,
será la razón sencilla
la desazón del ayer,
y al borde de perecer
un astro en tus ojos miro…
responde un largo suspiro
que anuncia el amanecer…
Y ¿Cómo evitar mirarte?
Si surge en tu ausencia un grito,
un llanto en perpetuo rito
que me obliga a no olvidarte…
me surge un cruel extasiar, te
contemplo en el brillo helado
de nieve, trecho escarpado
de soledad, de abstracción,
mi torpe autoconfesión
mis ojos en ti han fijado.
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