Te fuiste en la quietud de la alborada,
partiste sin adiós, así sin más,
La luna y las estrellas ya jamás
verán tu rostro en otra madrugada...
De luto se vistió la condenada
memoria de una chispa, amor fugaz,
y surge en mi canción un frío mordaz
que vierte su licor sobre mi almohada...
La causa de mi música ligera,
la sombra que se yergue sobre mi,
la savia de una mística palmera,
la huella que hoy es no y ayer fue si,
Mi sol, viento y mi luna en primavera
que sepultó en invierno junto a tí...
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