A veces tengo tantas cosas que decirte,
Y siento que palabras fieles no hallaré,
Mas pienso que si un minuto he de pedirte,
Callado en sesenta segundos yo estaré.
A veces todo es tan confuso en mi cabeza,
No se si quiero o solo debo estar aquí,
Pero entre todo encuentro solo una certeza,
Amarte es lo que más importa para mí.
A veces callo y lloro para mis adentros,
Pensando en el amor que nunca conseguí,
Pero en silencio me consuela el pensamiento,
Que es natural que todo deba ser así.
Mi conveniencia es la igualdad es comprensible,
De lo contrario de mi status no saldré,
Mas tristemente soy artista, alma sensible
Y como tal, en la penumbra moriré.
A veces gozo al contemplarte tan contenta,
Al escuchar tu risa no puedo ignorar
Los buenos ratos que a mi vida alimentan,
Gratos momentos que nunca voy a olvidar.
A veces fallo al parecer indiferente,
A lo que pase o lo que te pueda afectar,
Pues es difícil de encontrar entre la gente
Una persona que bien quepa en tu lugar.
A veces pienso que cuando de aquí me vaya,
Muy pocas cosas de recuerdo llevaré,
Memorias torpes en un corazón que calla,
Momentos duros que en su tiempo lamenté.
A veces se hace tan difícil esta vida,
Incomprensible y sin sentido nada mas,
Un callejón en que no encuentro la salida,
Pues no consigo lo que tienen los demás.
A veces siento que el amor que yo te guardo,
Me impide ser lo que quisiera para vos,
Pero comprendo y es que a veces me acobardo,
Pues no es tan fácil como cuatro es dos mas dos.
Mas sin saber porqué, te rindo este homenaje,
Palabras simples que a la postre morirán,
Serán mortaja de este triste personaje,
Ideas que a la tumba me acompañarán.
A veces tengo tantas cosas que decirte,
A veces siento que palabras no he de hallar,
A veces todo se hace tan incomprensible,
A veces todo lo que quiero es escapar.
A veces duele la memoria en mi cabeza,
A veces solamente quiero ya olvidar,
A veces quiero dominar con sutileza
La mente mía para dejar de pensar.
A veces quiero terminar conmigo mismo,
Pues no me gusta que las cosas sean así,
Me fue difícil rescatarte del abismo,
Y no hay siquiera un triste gracias para mí.
A veces siento que me quejo demasiado
Y nadie nunca seriedad me ha de tomar,
A veces pienso que ya te has acostumbrado
A las palabras que yo suelo pronunciar.
Reflexionando sobre todas esas veces
La vida se hace tan indigna de verdad,
Miro a los perros, a las aves y a los peces,
No sufren tanto como nuestra humanidad.
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