Hoy,
Mercado Central,
caminé
por tus pasillos de lenguas extrañas,
grillos de madera,
de metal,
de barro,
de luz natal.
Tus pétalos ambulantes,
tus manojos,
tus danzantes y majestuosos colores,
conspiran
con los sabores
de los granos incitantes que nacieron
en lejanas serranías
hoy…
Mercado Central,
pueblo conformado por tantos pueblos,
tus canas son canastas,
tus mañanas son epifanías de ayer.
Tienes alma de mujer,
tienes alma sin edad,
Mercado,
tu centralidad es el misterio
en tu ser.
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