Brillaba, brumeando negro, el sol;
agiliscosos giroscaban los limazones
banerrando por las váparas lejanas;
mimosos se fruncían los borogobios
mientras el momio rantas murgiblaba.
!Cuídate del Galimatazo, hijo mío!!
Guárdate de los dientes que trituran
y de las zarpas que desgarran!!
Cuídate del pájaro Jubo-Jubo y
que no te agarre el frumioso Zamarrajo!
Valiente empuñó el gladio vorpal;
a la hueste manzona acometió sin descanso;
luego, reposóse bajo el árbol del Tántamo
y quedóse sesudo contemplando…
Y así, mientras cavilaba firsuto!!
Hete al Galimatazo, fuego en los ojos,
que surge hedoroso del bosque turgal
y se acerca raudo y borguejeando!!
!Zis, zas y zas!
Una y otra vezzarandeó tijereteando el gladio vorpal!
Bien muerto dejo el monstruo, y con su testa!
volvióse triunfante galompando!
!¿Y haslo muerto?! !¿Al Galimatazo?
!!Ven a mis brazos, mancebo sonrisor!!
Qué fragarante día! !Jujurujúu! !Jay, jay!
Carcajeó, anegado de alegría.
Pero brumeaba ya negro el sol;
agiliscosos giroscaban los limazones
banerrando por las váparas lejanas;
mimosos se fruncían los borogobios
mientras el momio rantas necrofaba…
Alicia a traves del espejo,
Lewis Carroll,
Trad. Jaime de Ojeda
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