miércoles, 28 de abril de 2010

Elogio de un Cuerpo Ajeno, Parte XIV

El corazón

Desconocido rincón que me obliga a adivinar,
no me invitas
a pasar a esa oscura habitación.

Sus paredes
de algodón con cristal
en sus ventanas,
latidos
que son campanas que anuncian
de tu vivir los ecos
del transcurrir tiempos
en memorias vanas.

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