miércoles, 21 de abril de 2010

Elogio de un Cuerpo Ajeno, Parte XI

El sexo

Umbral de algún
laberinto que se oculta en el misterio
de un paralelo hemisferio consagrado
al mero instinto.

Una fuente
y un extinto residual de amanecer
se revisten
de placer conservando
los resabios de mil sueños
en tus labios expectantes
de mujer.

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