Las Venas
Carretera
que conduce por un país
que es tu cuerpo,
si el amor
es anticuerpo que a tu corazón seduce,
deja que esta voz
se cruce con tu sangre alguna vez
por la calle
que de pies a cabeza te recorre,
madeja de azul
que corre tu mundo
por su través.
viernes, 30 de abril de 2010
miércoles, 28 de abril de 2010
Elogio de un Cuerpo Ajeno, Parte XIV
El corazón
Desconocido rincón que me obliga a adivinar,
no me invitas
a pasar a esa oscura habitación.
Sus paredes
de algodón con cristal
en sus ventanas,
latidos
que son campanas que anuncian
de tu vivir los ecos
del transcurrir tiempos
en memorias vanas.
Desconocido rincón que me obliga a adivinar,
no me invitas
a pasar a esa oscura habitación.
Sus paredes
de algodón con cristal
en sus ventanas,
latidos
que son campanas que anuncian
de tu vivir los ecos
del transcurrir tiempos
en memorias vanas.
lunes, 26 de abril de 2010
Elogio de un Cuerpo Ajeno, Parte XIII
Los huesos
Colección,
una estructura que de dentro
te sostiene,
en mis brazos
se detiene con suavidad y ternura
la armazón que fuese dura
pero es tu fragilidad,
siento ya
la tempestad en la faz
de tu esqueleto cuando guardas
un secreto que sabe a complejidad.
Colección,
una estructura que de dentro
te sostiene,
en mis brazos
se detiene con suavidad y ternura
la armazón que fuese dura
pero es tu fragilidad,
siento ya
la tempestad en la faz
de tu esqueleto cuando guardas
un secreto que sabe a complejidad.
viernes, 23 de abril de 2010
Elogio de un Cerpo Ajeno, Parte XII
La piel
Una blanca superficie cubierta
con luz de luna
se vuelve
canela
en una tarde en que el sol
te acaricie.
Dos montes
y una planicie,
territorios invadidos por los besos
no pedidos,
son la clave en la conjura que en la eternidad
perdura:
Sensación de mil latidos.
Una blanca superficie cubierta
con luz de luna
se vuelve
canela
en una tarde en que el sol
te acaricie.
Dos montes
y una planicie,
territorios invadidos por los besos
no pedidos,
son la clave en la conjura que en la eternidad
perdura:
Sensación de mil latidos.
miércoles, 21 de abril de 2010
Elogio de un Cuerpo Ajeno, Parte XI
El sexo
Umbral de algún
laberinto que se oculta en el misterio
de un paralelo hemisferio consagrado
al mero instinto.
Una fuente
y un extinto residual de amanecer
se revisten
de placer conservando
los resabios de mil sueños
en tus labios expectantes
de mujer.
Umbral de algún
laberinto que se oculta en el misterio
de un paralelo hemisferio consagrado
al mero instinto.
Una fuente
y un extinto residual de amanecer
se revisten
de placer conservando
los resabios de mil sueños
en tus labios expectantes
de mujer.
domingo, 18 de abril de 2010
Elogio de un Cuerpo Ajeno, Parte X
La cintura
Moldura
que de mi brazo se hace parte
sin protesta.
Ecuación
que manifiesta que uno y uno,
en este caso, no son dos.
Hay un retazo de universo
que depende de tu mitad
y desprende magia al borde
de un rubor que se nutre
de calor interno
que al fin se enciende.
Moldura
que de mi brazo se hace parte
sin protesta.
Ecuación
que manifiesta que uno y uno,
en este caso, no son dos.
Hay un retazo de universo
que depende de tu mitad
y desprende magia al borde
de un rubor que se nutre
de calor interno
que al fin se enciende.
viernes, 16 de abril de 2010
Elogio de un Cuerpo Ajeno, Parte IX
Los senos
Adivino
tu silueta sin luz,
sin abrir los ojos,
en mis manos
dos manojos de maternidad inquieta
te delatan,
no hay secreta vislumbre
tras el latir de un corazón faquir
que se cubre de montaña,
redondez
que te acompaña como luna en devenir.
Adivino
tu silueta sin luz,
sin abrir los ojos,
en mis manos
dos manojos de maternidad inquieta
te delatan,
no hay secreta vislumbre
tras el latir de un corazón faquir
que se cubre de montaña,
redondez
que te acompaña como luna en devenir.
miércoles, 14 de abril de 2010
Elogio de un Cuerpo Ajeno, Parte VIII
Los pies
Como estás carente de alas
(¿o tienes alas acaso?)
escucho
de cada paso un sentir en que resbalas…
Con tu caminar señalas un sendero
y una pista
en que mi figura exista para unirme a tu paisaje
con un beso y un masaje
que en silencio
te desvista.
Como estás carente de alas
(¿o tienes alas acaso?)
escucho
de cada paso un sentir en que resbalas…
Con tu caminar señalas un sendero
y una pista
en que mi figura exista para unirme a tu paisaje
con un beso y un masaje
que en silencio
te desvista.
lunes, 12 de abril de 2010
Elogio de un Cuerpo Ajeno, Parte VII
Las manos
Toque de tu piel primero que la piel mía recibió,
De tus dedos
solo yo me confieso prisionero.
Con un verso lisonjero por las palmas
que me dan una caricia y que están
destinadas a mi toque,
ya termina el desenfoque nuestra piel
como un imán.
Toque de tu piel primero que la piel mía recibió,
De tus dedos
solo yo me confieso prisionero.
Con un verso lisonjero por las palmas
que me dan una caricia y que están
destinadas a mi toque,
ya termina el desenfoque nuestra piel
como un imán.
viernes, 9 de abril de 2010
Elogio de un Cuerpo Ajeno,Parte VI
El pelo
Catarata que se ondula al contacto de tu cuello,
el aroma en tu cabello
mi razón va haciendo nula.
Mientras mi parlar
adula tu completa anatomía,
vive en ti
la analogía de una mente enamorada
que se pierde entre la nada
con cimbreante fantasía.
Catarata que se ondula al contacto de tu cuello,
el aroma en tu cabello
mi razón va haciendo nula.
Mientras mi parlar
adula tu completa anatomía,
vive en ti
la analogía de una mente enamorada
que se pierde entre la nada
con cimbreante fantasía.
miércoles, 7 de abril de 2010
Elogio de un Cuerpo Ajeno, Parte V
Las orejas
Pabellones,
capta-sueños,
adivinos receptores
que detectan estertores disfrazados
en pequeños desvaríos.
Dos los dueños de mi voz,
dos los abrigos que no olvidan,
dos amigos de tu sola conveniencia;
con murmullos
la conciencia se hace nula
en tus testigos.
Pabellones,
capta-sueños,
adivinos receptores
que detectan estertores disfrazados
en pequeños desvaríos.
Dos los dueños de mi voz,
dos los abrigos que no olvidan,
dos amigos de tu sola conveniencia;
con murmullos
la conciencia se hace nula
en tus testigos.
martes, 6 de abril de 2010
Elogio de un Cuerpo Ajeno, Parte IV
La boca
Expresiva voz que
calla y habla más fuerte que un grito,
Fuente
de algún exquisito delirar
que sin batalla se hace una nave
que encalla sin más.
Dador-recipiente,
cielo oculto impenitente sobre un mar
con sutilezas que captura alegres presas
con un beso
de repente.
Expresiva voz que
calla y habla más fuerte que un grito,
Fuente
de algún exquisito delirar
que sin batalla se hace una nave
que encalla sin más.
Dador-recipiente,
cielo oculto impenitente sobre un mar
con sutilezas que captura alegres presas
con un beso
de repente.
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