En una mano sostengo la fantasía trivial,
la copa vacía.
Dulce aliento que temprano me despertó
y un liviano movimiento que soñé (eso creí)
nunca he vuelto a percibir.
Divino toque que en el viento vino
y que no se a donde fue…
La larga noche,
la fiesta que no nos halló,
la esquina se quedó libre,
la espina de una rosa muerta.
De esta vez la sensación molesta se quedó,
no se porqué.
Nunca más la noche me trasmitió tu luz.
Divino toque que en el viento vino
y que no se a donde fue…
Vago sin saber por donde
(como si alguna importancia tuviese)
y a la distancia pregunto,
nadie responde.
Tus huellas sigo,
se esconde la meta del rumbo
que con la marca de tu pie me ha perdido más.
Divino toque que en el viento vino
y que no se a donde fue…
Sangre de mi mano,
rota se ha quedado una burbuja de cristal,
la noche empuja de mí la negrura
y brota del llanto rojo una gota,
llora mi mano.
La fe de conservarte no me devuelve nada.
Divino toque que en el viento vino
y que no se a donde fue…
No hay comentarios:
Publicar un comentario