
…antes que la cadena de plata se quiebre,
y se rompa el cuenco de oro,
y el cántaro se quiebre junto a la fuente,
y la rueda sea rota sobre el pozo;
y el polvo vuelva a la tierra, como era,
y el espíritu vuelva a Dios que lo dio…
Eclesiastés 12:7 y 8
Hoy he arribado a una nueva edad, una edad muy significativa, hace dos tercios del tiempo que he vivido, cuando estaba cumpliendo nueve años, eso fue en mil novecientos noventa, nublaba mi corta edad el sino de la misoginia, no es que me haya afectado gran cosa, pero creo que habría podido volverme amargado o algo así, el caso es que me relacionaba con tantas niñas, todo por mi torpeza y falta de destreza en el trompo, los cincos y la pelota, a Dios gracias no pasaba con las niñas de jugar a la tenta o al escondite, aprendí que la niñas pellizcan y arañan fuerte.
Nueve años después, o sea hace nueve años, cumpliendo dieciocho, recuerdo que por esos días vi a mi abuelo por última vez, un tiempo mas tarde falleció victima de ese cruel y sádico asesino llamado cancer, y bueno, aún en ese entonces no dejaba yo de caminar con una sombra femenina a mi lado, solo la sombra, aunque ahora en otras circunstancias. Era mi primer año en la San Carlos, el año anterior, mil novecientos noventa y ocho, se había convertido para mí en un año determinante, sufrí la primera de muchas decepciones sentimentales, cosa muy normal para alguien como yo, y así, preso de inseguridad y de temor, di paso a una de las anécdotas mas raras de mi vida, un martes de febrero de mil nueve noventa y nueve, saliendo del S-11, mítico edificio de primer año de derecho, vi a una chica que desde el primer mom

ento que apareció en el marco focal de mis ojos, se adueñó por completo del panorama en toda su dimensión, yo me preguntaba dónde estudiaba, al día siguiente la vi en mi salón, lo mismo que los siguientes siete semestres, todos los días y no podía ni siquiera decirle hola…
…patético ¿no?, tal vez no, y hoy se, a través del eco de mil chismes, que fue mucho mejor para mí que las cosas se hayan vuelto de ese color, lo cierto es que le escribí tantas cartas sin destinatario, nunca enviadas, por cierto; cómo tiene uno la tendencia a idealizar, pero es tan bonito, tan mágico hacerlo, todavía hay ciertos vestigios de esos días en mi libro inédito “Como las Ostras del Mar” pues no he querido matar por completo ni al niño torpe, ni al chicuelo frustrado novato de la U.
Y de ahí, es tan difícil brincarme al día de hoy, pues han pasado tantas cosas, tengo tantas cicatrices que no tenía hace nueve años, he conocido a tanta gente, he aprendido tantas cosas, he amado, he sido amado, en fin, he vivido, ¿Dónde estoy ahora?, tengo que reconocer, muy a pesar mío, que estoy en la mitad de un camino, no sé hacia donde, no lo sé, vuelvo al primer post que puse en este blog hace como un año, se titula “Lejano”, me siento tal como cuando lo escribí, talvez es esa la explicación de todo.
Veintisiete años es una edad muy significativa, lo repito pues gente importante falleció a esa edad, Jim Morrison, Kurt Cobain, Janis Joplin, Jimmy Hendrix, y ahora que estoy llegando a esta misma edad puedo asegurar que ninguno de ellos estaba listo para irse, no lo digo por temor a la muerte, lo digo porque sé que aún no he hecho todo lo que se supone que debo hacer, no he dado todo lo que se supone que debo dar y por ende, no he recibido todo lo que debo recibir, hay mucho que aún está por ser descubierto por mi, mucho que aún no he escrito, mucho que aún no he dicho, muchas cosas que no he soñado todavía y muchas cosas que no se me han ocurrido, talvez casi la misma cantidad de cosas que estos jóvenes se perdieron

Entonces la pregunta sería ¿He recibido lo que quería en mi cumpleaños número 27?, o talvez mejor ¿Estoy feliz con lo que he recibido en mi cumpleaños número 27?, con todos los altibajos, con todas las decepciones, con todos los dolores, con todas las discordias y protuberancias en el camino, creo que sí, creo que estoy feliz con lo que he recibido, la facultad de recordar, de ver al pasado y poder sonreir al ver atrás. Estoy seguro de que hay muchos que no pueden.
Mi amigo Angel Elías narraba en su blog hace poco acerca de la facultad de reírse con uno mismo, creo que ese es el mejor regalo que Dios me ha dado, la facilidad de reírme solo, sin remordimientos, sin nada que lamentar.
¿Qué sigue ahora? De mi cuenta, seguir con las décimas que tanto apasionan, terminar algunos proyectos míos, cultivar más amistades y estrechar más las que ya tengo, no lo sé, conocer gente, escuchar historias, leer un montón de cosas de todo el mundo, animar y alentar al novato y al caído, llorar con otros que estén llorando, seguirme riendo solo y acompañado también, darle a la harmónica hasta que se le tapen las celdillas y a la guitarra hasta que la caja se rompa, volverme más generoso para terminar dándome a todo el mundo, crecer y volar, pintar, escribir canciones, hacer teatro, aprender a tocar el piano y hacer un poco de cardio (sugerencia de una persona que quiero mucho), talvez nadar y aprender a andar a caballo, volver a mi pueblo y vivir allí un buen tiempo, vivir…
Y dentro de nueve años estar aquí, expuesto ante los ojos de todos ustedes, hablándole

s de mis proyectos conclusos y de otros aún en ciernes, no lo sé, hablando de lo orgulloso que estaré de mis hijos, de lo mucho que amaré a la madre de ellos, no lo sé, talvez no sea yo, talvez sean ellos hablándoles a ustedes, sí, hablando de lo mucho que me amaron, de lo intenso que habré vivido, de lo hermoso de mi viaje final, no lo sé, talvez siga aquí, así como hoy, sólo, pero vivo, feliz de vivir y de soñar, no lo sé, no lo sabemos, de aquí a nueve años a ver que pasa…
…a ver que dice Dios
Por lo pronto, acá dejo un poema en décimas, sirva como un paliativo para aquellos que como yo, cumplimos años con un poco de nostalgia y otro poco de no mucho agrado, ja, ja, que lo disfruten…
EnvejeciendoDigamos del que envejece
que experiencia ha acumulado,
Si Cronos le ha maltratado
eso atención no merece.
El llanto algún día fenece,
la risa también termina,
Tiempo a la vida confina,
cual ave en jaula cautiva
y es todo lo que hoy escriba,
cuento que el tiempo elimina…
Digamos del que envejece
que algo nos puede dejar,
historias para contar,
tiempo que nunca perece…
Volver al tiempo que fuese
aborreciendo el presente,
Canto del sobreviviente
que añora el mozal estadio…

Entre la tele y el radio
mejor un viejo silente…
Digamos del que envejece
que si aún está despierto,
no es solo porque no ha muerto,
pues el santo al que le rece
tal petición le envilece,
Digamos mejor que aún vive,
pues la vida le recibe,
y al final de la montaña,
concluída tal hazaña,
Tras la cima irá al declive…
Walter Gonzalez
veintisieteañero