Soy de esas hojas nacidas
de donde un tallo murió,
que viejas nacieron, yo
soy de las sombras llovidas
de un eclipse, soy las idas
de un velero entre tu pecho,
soy el ave que derecho
se enfila al anochecer,
soy un hombre y vos mujer,
soy caricia y vos mi lecho…
Sos el campo y la jornada,
sos el sol y un hondo río,
sos un verso en desvarío,
sos ocaso y alborada,
sos mi luz enamorada,
sos un abrazo en la esquina,
coca cola y nicotina,
sos el verso que omití,
te quiero y te quiero así,
sos la rosa y sos la espina…
Sos un ancla en mi avenida,
soy un tropiezo en tu calle,
soy un monte, sos un valle
sos la cura, soy la herida,
dos caminos y una vida,
somos arte limosnero,
ya dije una vez “te quiero”
no pesa decirlo dos,
decirlo con suave voz
en tu oído yo prefiero…
Yo nunca quise escuchar
del relente la mansalva,
la mano tuya y el alba
testigos de un suspirar,
mi fuego, el voto seglar
que me encuentra desvestido,
el pozo, el ave y un nido
dos besos y un hoyo ciego,
me trago un grito y no niego
que de veras te he querido…
Tu nombre escondo, sabés
que a la larga yo no puedo
guardarte secretos, quedo
al descubierto otra vez,
no importa, te quiero y es
mi refugio y mi salida,
mi condena preferida
con calor de mi alma entera,
darte amor hasta que muera,
y si puedo, en la otra vida.
1 comentario:
Que desborde de talento Walter te mandaste con este poema se puede sentir cada palabra en los huesos.
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