Sin siquiera darme cuenta
vino un hálito divino
de mañana y mi destino
se transformó. La tormenta
murió en un destello, lenta
se fue la alborada, y vos
te quedaste, sigo en pos
de la pálida selene
como sabiendo que viene
cada noche por los dos
Y yo, cantando de amores
como un gato por los techos
tu voz, tu corazón, trechos
que me hipnotizan. Encores
de suspiros, son las flores
de mis pálpitos distantes
mejor me quito los guantes
para tocar tu mejilla,
que se muera la bombilla
con sus gritos fulgurantes
Y vos, siguiendo la cuenta
de los dichos, de los pasos
de las tardes y de ocasos
ya remotos, sigue exenta
de mis besos cada afrenta
sigue fría tu armadura,
vos, tu mente y mi locura
la perfecta entonación,
vos y yo en una ecuación
que de noche me tortura
Vos y yo en una emboscada
que cada noche nos turba,
tu mano, el freno y la curva
mi voz, el filo y la espada,
Valor me sobra pues cada
momento con vos, patoja,
siento que esta cuerda floja
se hace un paso por el cielo,
poner amor sobre hielo
quemar la noche me antoja.
Sin buscar una defensa,
sin siquiera imaginar
te quedaste en mi lugar,
te quiero y mi voz comienza
a apagarse. Vos, la extensa
lluvia en mi corazón yermo,
te miro y me pongo enfermo
y es por causa de este amor
solo pido por favor
no me despierten si duermo.
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