martes, 12 de agosto de 2008

Sucedió el año pasado, Parte II

JUEVES:

Seguía la pobre Ana trabajando, cada minuto mas enojada que el minuto anterior, no podía dejar de pensar en lo mismo, a veces se culpaba ella misma, es que que tonta, cómo no se iba a fijar que ese tarado no haría nada bueno con esa cosa, porqué carajo se lo dio si se notaba que no iba a comprar nada, se le notaba que no traía pisto, así estaba ella, absorta en tanto pensar cuando ve acercarse a su mostrador al culpable de esta su mas reciente desgracia, bueno, venía un poco distinto que como ella lo recordaba, traía un relojazo de oro y un celular de esos de tecnología de punta que ni han venido al país, venía dizque hablando por el aunque lo traía apagado. Era una gran diferencia la que le propinaba un par de anteojos de marca con graduación personalizada, hasta ahora Ana lo vio canchito y lindo, chulito como ella decía, uy, ella estaba que ya se le lanzaba encima, se puso tan nerviosa de verlo que casi tira ella solita una tira de frascos de perfume del que su novísimo espejismo le había roto uno el día anterior. Que diferencia, el sopenco de ayer era hoy un Don Giovanni, o sea un Don Juan, Don Johnny, Don Johnson, Don Trump, no importa, vean nada mas la pantalla que le hace un pocote de pisto. Toma tus seis pacos, le dijo y le tiró los seis billetes café rojizo sobre el mostrador, tomó otro frasco igual y lo tiró al piso con todas sus fuerzas, se sacó otros seis marroquines y se los tiró al vidrio otra vez, entonces Ana en gesto casi hipnótico, con los ojos en blanco abrió la gaveta y guardó los billetíos sin contarlos dentro del cajón, volteó a ver y su príncipe choco ya se había ido, volvió al cajón y sacó la plata para contar uno por uno cada billete, ¿habrá sido real o me lo habré imaginado?, ah, otra noche sin dormir pero ahora de puro gusto, ojalá lo tuviera conmigo, tan guapo el, y tan, tan, tanto pisto que tiene…

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