sábado, 11 de diciembre de 2010

un soneto

Debajo de la noche tu sonrisa
se funde con rumores espectrales
que llenan las quietudes nocturnales
mientras que tu presencia se eterniza…

Aroma que en el viento se desliza,
te encuentro en mis auroras celestiales
y siento traspasar los ventanales
del cielo en un suspiro que me hechiza…

Y tengo con tu nombre un sortilegio,
un pálpito y un grito asesinado
que no saldrá al oír del mundo entero…

El dulce repicar que en un arpegio
permite de tu boca ser captado
fue mío y fue también del cenicero.

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