viernes, 15 de octubre de 2010

Y te ví tan azul

Y te ví tan azul como el primer día,
como una flecha perdida en el agua
vestida de diamantes
y oro en el trazo de su vuelo,
¡Ay! ¡Qué sueño sublime tuve!
mis ojos ardían en la madrugada
y una cucharada de tu sonrisa
mecánica,
metálica...

Seguí tus pasos gradas abajo
y caí nuevamente al sueño,
mis suspiros midieron tu cabello,
te atrapé con mi pupila
y se me pegó la sal de tu sabor.
¡Ay! ¡Qué sueño sublime tuve!

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