viernes, 11 de septiembre de 2009

Meditación sobre una sonrisa

¿A que compararé tu sonrisa?,

Pensé en un principio en la luz
que del día anuncia un nuevo sol
y que alegra y da vida y calor a mi día
y que trae consigo todos los colores que la oscuridad esconde,

Pensé ingenuamente que tu sonrisa era así,
pero la luz matutina no me acompaña de noche
ni puede con dulzura mi nombre pronunciar…

Luego pensé en el cielo
que en me hace sentir pequeño,
la inmensa expansión
que se yergue sobre el mundo entero
con fuerza, con ímpetu, y a la vez tan pasivo,

Así pensé que era tu sonrisa
pero el cielo está tan lejos,
inalcanzable, inconquistable,
incapaz de acercarse y mis labios besar…

Pensé también en las olas del mar
que devoran naves y ocultan monstruos,
pero regalan caricias a las costas
y en besos se entregan a enormes peñascos
haciéndose tan solo espuma en la arena,

Tu sonrisa se me hizo así, como el mar,
pero el mar no podría hacerse dulce y deseable
como el aroma de tus labios
y nunca en mi boca entregaría su amor…

Ocasos en paisajes irreales
vinieron a mi mente al recordar tu sonrisa,
que aunque duren instantes apenas,
permanecen fijos viviendo en mi alma,
evocando en mi corazón sentimientos
que por ti vivirán eternamente

Pero el frío atardecer que con oscuridad amenaza
carece del calor que escapa de tu boca
cuando una sonrisa regalas a mi ser…

Imaginé tantas cosas,
imaginé de este mundo bellezas intangibles, mágicos sentimientos, mil sensaciones,

pensé en flores, en angelicales seres,
pensé en astros, en fuego, en calor, en agua,

pensé en amor…

… y allí encontré la imagen que buscaba,
aunque era una sombra, tan solo una idea
de aquello que me inunda por dentro,
aquel sentimiento que se adueña de mí,

la caricia de amor que mi alma atesora
cada vez que de tu ser brota libre cual ave cautiva,
la inolvidable y tierna estampa que en mi mente por siempre llevaré,
indeleble y eterna…

…tu sonrisa.

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