jueves, 18 de septiembre de 2008

Lejano, parte II


Por Walter González

Todos los caminos se parecen, todos los caminos conducen al mismo lugar, todos los caminos sirven y no sirven, todos los caminos son tan seguros, tan confiables, tan largos…

Todos los caminos conducen al mismo lugar, pero es exacto el lugar a donde no quiero ir, tendré que abrir uno nuevo, a ver si salgo por fin…

Sé que un día veré nuevamente la luz del sol, nada será como antes fue, pero sin duda será mejor de lo que hoy es, tal vez deba aprender a vivir sin esas alas, sin esos ojos, ahora que lo pienso, es bastante duro…

Quisiera tener más de una vida, así en otra me evaluaría, sería como verme a mi mismo desde otros ojos, ojalá hubiera varios caminos, y todos fueran hacia arriba, ¿porqué cuesta tanto subir una colina pero es tan fácil deslizarse por un barranco? Quisiera estar frente a una colina cuya cima estuviera abajo, muy abajo, ojalá pudiera deslizarme y caer hacia ella, quisiera ser como la lluvia y alegrarme en tantas gotas, algunas veces reventarme y otras solo esparcirme, quisiera volverme mil picas de hielo y luego mil gotas de agua y luego mil asomos de vapor y luego agua, hielo, agua, vapor, agua, hielo, agua, vapor, agua, hielo, agua, vapor, agua, hielo, agua, vapor…

Todos los caminos me hacen sentir que entre más avanzo por ellos más me alejo de mi destino y regresar, regresar no es una opción…

Todos los caminos conducen a todos los lugares, y todos los lugares son la misma cosa, todos los caminos son tan largos…

Sé que un día llegaré a mi destino, pero no sé si ese día vendrá a tiempo, no me preocupa que venga sino el no saber cuándo será, es que todos los caminos son tan largos y yo estoy tan cansado…

Quisiera tener más de una vida…

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