miércoles, 2 de julio de 2008

Un Jardín en Luxemburgo


(antes que nada aclaro que este lugar llamado "Los Jardines de Luxemburgo" está en París)



Sueño del que desperté,

terminó toda ilusión,

Solo, con una canción

triste al final me quedé.

Tomé fuerzas, no lloré

y el día me fué testigo,

Luego del duro castigo

que por nada recibí,

una cosa yo aprendí

siempre cumplir lo que digo;

Sé muy bien que en este adiós

mi cariño te demuestro.

El dolor es buen maestro

y un sollozo es esa voz

que el hombre manda hasta Dios,

bebiendo la amarga hiel.

La letra hiere al Papel

y al corazón las palabras,

por cada ventana que abras

mi voz entrará en tropel

para decirte mil veces

nunca serás olvidada.

Por cada noche estrellada,

Por cada campo y sus mieses,

Por cada lago y mil peces,

Por cada herida que purgo,

Cada vez que un dramaturgo

llanto en su prosa traerá,

Mi corazón buscará

un jardín en Luxemburgo.

2 comentarios:

Angel Elías dijo...

este poema evoca sentimientos encontrados. Muy tuyo, cuando lo leo lo recreo.

tiene fuerza, pero no libertad...

alli lo dejo...

Walter González dijo...

Créeme Ángel y te lo digo con una lágrima en mi mejilla, éste sentimiento puede tener toda la fuerza del mundo, pero nunca libertad...