lunes, 12 de julio de 2010

Soneto

Catalejo que apunta a la realidad vecina,
la mente, el hondo estanque de la estación sin nombre,
sino que justifica la frustración del hombre
mientras la sinrazón avanza y le contamina…

Flujo que del encierro tras capa cristalina,
negro dentro de negro, en el sujeto el pronombre,
humo de la centella, los ecos y el renombre,
en nada se disuelven la luz y la cortina…

Cortejo que marchando se extingue a media aurora
con paso lento y fuerte señala el día y la hora
de la perpetua espera, la cárcel, la condena…

…la multitud silente, la cuerda, el redoblante,
la venda y el crujido de un nudo y un instante…
la convulsión que indica que no valió la pena.

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