Un Ovillejo

Hallo en el viento veloz
Tu voz,
Y en el toque de la brisa
Tu risa,
Se me van entre sus giros
Suspiros,
Son tus ojos dos zafiros
Bordados con luz de luna,
Que clavan en mi fortuna
Tu voz, tu risa y suspiros.

Por mi cumpleaños número 29 y mi triunfo

Dos cosas que a Dios debo, hoy que alcanzo esta edad celebro que ayer me sometí al examen técnico profesional, fase privada, que comprende las asignaturas de derecho notarial, derecho civil y derecho mercantil y fui aprobado, ha sido un verdadero sacrificio todo este tiempo de preparación, pero fue voluntad de Dios que todo saliera bien, en estas circunstancias es hermoso llegar a un año más de vida.

Pasada la tormenta
La calma regresó,
Presiento que ya no
Vendrá la misma afrenta,
Si Dios es quien sustenta
La base de mi fe,
Lo único que se
Es que debo confiar
Para poder luchar,
Pues solo así triunfé.

Plegaria

Desde mi isla atormentada
Va a las costas eternales
Mi suplica y los astrales
Ojos ven tras de la helada,
Sus manos sostienen cada
Proporción del infinito,
¿Quién soy yo? Digo al Bendito
Para pedir cosa alguna
Del que fabricó la luna
Con dulce amor infinito.

Tengo salud, tengo vida,
Promesa de dicha plena,
Debo sin ninguna pena
Confiar que hay una salida
Para cada sacudida
Que este existir puede dar.
En su corazón lugar
Todo el que se humilla tiene,
Lástima del que no viene
Sus vestidos a limpiar.

Hay un Dios, Hay un Señor,
Uno solo al que adorar,
Para la vida encontrar
Hay un solo mediador.
Pongo a Cristo El Salvador
Como Rey de mi universo,
Pues si frente a cada esfuerzo
Su voluntad no persigo,
Vano es todo lo que sigo,
Vano el dicho y vano el verso.

Señor, atiende a mi llanto
Por la aflicción que me tensa,
Ya mi mente nada piensa
Vivo en un cruel desencanto
Cada vez que me levanto
Y hasta que intento dormir
Es causa de mi sufrir
La pesada incertidumbre,
Dame luz que bien me alumbre
Para tus pasos seguir.

Señor, atiente mi ruego
Que estoy pronto a fallecer,
Sabes que no puedo hacer
Nada solo yo y mi ego.
Señor, apaga este fuego,
Sácame de este dolor,
Escucha, Dios mi clamor,
Echa a la mar mi pecado
Para que pueda a tu lado
Morar en paz, mi Señor.

Dios, si en algo he fallado
Vengo a pedir tu perdón,
Mira que no es mi intención
Ser un hombre condenado
A la imperfección, de agrado
A tus ojos quiero ser,
Solo tu puedes hacer
Perfecta la obra en mi,
Pues si estoy lejos de ti,
Presto estoy a perecer.

Gracias mi Dios pues comprendo
Que tu voluntad es buena,
De confianza siento llena
Tu voz que en mí viene siendo
Luz del cielo descendiendo
Y una promesa cumplida,
Está mi alma conmovida
Por contar con tu favor,
Para pagarte, Señor,
No me alcanza con la vida.

IV

por acá,

por donde el tiempo pasa tan lento,

queda en suspenso la necesidad de encontrarte,

la costumbre se me ha impuesto al instinto;

eso no significa que menospreciaría un intento por hacerlo,

simplemente que me he rendido al tiempo,

a las circunstancias,

he encontrado que la razón de lo imposible,

la única razón que parece invariable,

me ha convencido,

me ha atrapado en este punto donde ya no puedo discutir.

cada lunes por la mañana,

que es cuando tu ausencia se me nota más,

me sobrepongo cada vez menos a contradecir a mi escenario,

los púrpuras que destilaban de mi corbata se me volvieron invisibles

y porque sigo queriéndote es que no te tengo ningún rencor.

ya puedes voltear y seguir tu camino.

4.3

III
cada vez que el sol se me esconde de la guitarra,
persigo tu camino por el cielo con la vista
y parece que no lo encuentro,
me toca reinventarlo para poder tocar tu canción.

busco una flor en el cielo para extender mi jardín
un poco más allá de este hemisferio,
para tener un pretexto
porque en realidad mi intención es que voltees hacia acá una vez,
aunque si lo hicieras
no sabría que hacer después.

quisiera
que pintar mis palabras de otro idioma
no me resultase perjudicial,
que no se perdiera la menor sombra de lo que quiero decir,
no me lo puedo garantizar,
talvez de todas maneras
no tenga la menor importancia.

4.2

II
¡¡¡qué insanía!!!
lamentarme yo,
como si algo hubiese hecho para perderte,
que se esconda la parte de mi mismo que me acusa,
que perezca de una vez,
si no te has desvanecido por completo,
existes como existe el insomnio,
como existe la angustia
y te quedas como cuando callabas
y yo tenía los ojos cerrados,
y estás conmigo igual que como decía Neruda.

¿cual es la diferencia?
de todas maneras
si pudiera hablarte
no diría lo que me duele no haber dicho
y si pudiera tocarte
no te abrazaría como lo necesitaste cuando no lo hice
y podía.

dejo en claro
que esta vana ilusión que es tu ausencia
no varía en nada
ni mi vileza
ni lo tanto que te he querido

4.1

I
como quisiera poder dejarte algo más que palabras,
no se,
alguna otra cosa que pueda decirte lo que quiero,
es que hay momentos en que las palabras
son como racimos secos de cualquier cosa,
como tierra en la tierra,
como agua en el agua,
como aire en el aire,
son solo eso,
palabras entre las palabras,
letras entre las letras,
pero lo que llevo en el alma por causa tuya
no es algo de la misma clase de lo demás que llevo.

Elogio de un Cuerpo Ajeno, Hai Kais de Roberto Cifuentes

Mi amigo Roberto Cifuentes corona el trabajo que he estado presentando desde hace varias semanas con estos hai kais que presento con mucho agrado

Elogio de un Cuerpo Ajeno

Desnudo instinto
laberinto, misterio
umbral distinto


El alma

Como un espejo
mi alma no resplandece
solo es reflejo


Rostro

Rasgo garabatos
Rostros incomprensibles
pintar arrebatos


Tus ojos

En la oscuridad
tus ojos son la lumbre
de mi vanidad


Sexo

Desnudo instinto
laberinto, misterio
umbral distinto


La cintura

Ecuación de mitad
retazo del universo
moldura sin litad


Los senos

Adivino siluetas
nubes imaginarias
seductoras lunetas


Los huesos

Chasis complejo
engranaje misterioso
va sin reflejo

Soneto por el día de las madres

Mi amigo el Dr. Chong Ging Lee Duarte escribió recientemente este soneto bellísimo que con mucho agrado quiero compartir con todos...

HOMENAJE PÓSTUMO A MI MADRE
(A la doña Herminia Duarte y Duarte)

Madre, hoy que ya nunca estarás más en mi existencia,
extraño el caudal de tu incondicional ternura,
que en los momentos más terribles de mi amargura,
en ninguna instancia, me negaste tu asistencia.

Cuando me defendías, conocí tu bravura
y ni el cansancio debilitó tu resistencia,
mis frecuentes fracasos, fueron tu penitencia
y si sufría, hallaba el consuelo en tu dulzura.

Me enseñaste a dar la vida por el ser querido
y reconocí en tu misericordia el perdón,
forjando en mi espíritu, tu tesón aguerrido.

Recibí la piedad de tu noble corazón,
el coraje de nunca más darme por vencido
y si amo la vida, eres tú la única razón.

Chong Ging Lee Duarte
10.V.2010.

Elogio de un cuerpo ajeno, Parte final

XVIII. El aliento

El alma mía
en tu boca,
dulce aroma
que retiene la delicia
que conviene
a mi amor que se desboca.

Haz de sueño,
fuerza loca que desprende amanecer
con calor
que viene a ser lo mismo
que en un desierto el agua
que evita al muerto
y el aire
del renacer.

Elogio de un Cuerpo Ajeno, Parte XVII

El sueño

Calor de una fantasía que me mira
diariamente,
universo permanente en que siempre
tu eres mía.
Ilusión
que en clave envía con tu voz
una postal,
con la inconciencia total
y con suave movimiento que trastorna
de momento
mi somnífero quicial.

Elogio de un Cuerpo Ajeno, Parte XVI

La sangre

Combustible,
tinta y vino,
maquillaje carmesí que ondula
dentro de ti con
el lenguaje divino que me muestra
que el destino lleva el tono de tus labios
rojos
como los agravios de guerras nunca ganadas,
tus glóbulos son
almohadas para el sueño
de los sabios.