Mírame siquiera de reojo...
La marcha inconsistente que me mata...
Extraña sensación la de mirarte...
De noche estás vestida y te confundo...
El brillo de la noche y tu mirada...
Mirando tu cabello me extravío...
La magia de las eras en tu risa...
Te doy una caricia desde lejos...
El suelo se convierte en abstracciones...
Los sueños son el aire que respiro...
Por fuera permanezco ante tus ojos...
Los giros del planeta me marean...
Ya estoy cansado ¿Puedes escuchar?
Por dentro desvarío estoy callado...
La dulce melodía del silencio...
Tus manos, tu mirada, tu fragancia...
Los tonos de tu voz vienen de prisa...
Mi corazón se turba en un lamento...
Los cielos, nubes, blanco terciopelo...
Las flores de carmín y tus mejillas...
De noche mis heridas son tus huellas...
Te quiero y ni siquiera te conozco...
La luz de mil estrellas y una luna...
Indisoluble sueño permanente...
La calle, la tristeza en una esquina...
Me pierdo entre mis propias cicatrices...