martes, 29 de julio de 2008

Cuento en Décimas: La Inocente Pregunta


Una mañana cualquiera en cualquier casa del centro, estaban todos adentro pues lloviendo estaba afuera, y llovió la noche entera, llovió toda la semana y ahora la gente se afana pues no puede trabajar, y ¿quien pudiera negar que esa lucha no se gana?.

Un padre mira la tele y su hijita le molesta “Porqué mejor no se acuesta, es temprano” piensa, es que’le jode y a veces le duele la pregunta que ya sabe que talvez no sea tan grave, el se espera y aun aguanta:

–Una duda que me espanta hace que mi sueño acabe…

El padre queda en suspenso:

-Los niños ¿vienen de donde?

Esa duda no se esconde y a cualquiera pone tenso, es que un tácito consenso entre padres los absuelve, pues su ignorancia revuelve misterio y vulgaridad, tema serio de verdad y la duda los envuelve.

-¿Qué te puedo yo decir? A tu madre ve y pregunta.

La compañera de yunta vino al rato a debatir.

-No le puedo yo mentir, pero la verdad se escapa a su edad, la niña guapa cuatro añitos tiene apenas, cuando crezca tendrá penas, no le mataré esta etapa.

-¿y entonces…?- el padre arguye –no podemos ignorar que esa duda se iba a dar, pues perece que ella intuye, es cobarde el que rehuye a buscarle una respuesta a esa duda que está puesta en esa mente infantil, llama a la maestra Gil, a ver que es lo que contesta.

-Pero ¿ella que culpa tiene?

-Entonces díselo tú

Mami llamo a la gurú quien sin dudarlo ya viene.

Hablar de vulva y de pene no debía ser problema,que otro se ocupe del tema, mejor si es una maestra.

Esta lección nos demuestra que hay que romper el esquema.

Bajo aquellos aguaceros llegó la maestra mojada, la ayuda solicitada de estos padres tan sinceros. No eran estos los primeros en verse en tales dilemas.

Uno de tantos problemas de esta maestra paciente era esta niña sonriente, sus preguntas y sus temas. La duda que ella tenía, de principio evidenciaba porque no se sonrojaba, era algo que ya sabía, sabía de donde venía por la tarde su hermanito, al igual que el vecinito, sabía la pequeñuela que el venía de la escuela de regreso y cansadito.

Entre risas celebraban maestra y padres la ocurrencia, no ha atentado a su inocencia como ellos se preocupaban. Tranquilos todos estaban pues la historia terminó.

A la noche despertó, y a su papi fue la nena

-Dime niña, que te apena

-Papi, ¿Cómo nací yo?...

lunes, 21 de julio de 2008

Cuento:...Y entre mis manos se perdió, Parte IV


Parte final de este cuento que nos ha tenido en vilo desde los tres lunes pasados...
La foto de la par la tomé sin modificar de http://eldedoenlaherida.obolog.com/iv-79640, al llegar al final del cuento seguro que convendrán conmigo en que otra foto no podía quedarle mejor...
Se acercaba el día que la carta señalaba, ah, casi se me olvida la carta iba más o menos así:

“Para el inolvidable y verdadero amor de mi vida:

Con la ardiente pasión del deseo que me posee,
Con la distancia como muro que paso a paso voy destruyendo,
Con la certeza de amarte,
Dulce agonía que me hace morir feliz,
Te extraño tanto, vida mía,

El tiempo, cual velo segador, se corre una vez,
Comprendo mi error y recapacito,
Me doy cuenta de lo equivocado que estuve,
Buscando inútilmente lo que en ti siempre amé

Si es tu pasión aún como el agua que hierve,
Y tu corazón como los labios que la beben,
Encuéntrame este viernes a las ocho de la noche
En el cuarto catorce del Gaviotas

Tu eterno amante,

Fabiolo Filomeno Flores”

Les recuerdo que Filomeno no se llamaba Filomeno…

La cosa es que el día llegado, tal como lo habíamos planeado, ella vestida de sus mejores galas, tomó un taxi rumbo al Gaviotas, ahora que lo pienso pudimos elegir un hotelillo mas lejano, hubiese sido mas divertido, salió desde las seis de la tarde, al rato le llamé a sus papás, fingiendo mi voz, claro está, con aquello de que estaba secuestrada en el cuarto tal del hotel tal, no hubo que esperar mucho para que el hotel se viera rodeado por la policía, creo que la broma salió mejor de lo esperado, Ana llegó al cuarto y al tocar, le salieron a recibir, no su amado Filomeno, sino un sujeto tosco y corpulento, la entró por la fuerza y con otros dos sujetos que estaban adentro, le hicieron cosas que mi moral me impide narrarles, algo no muy distinto a lo que hubiese pasado si de verdad la hubiera esperado Filomeno, al llegar la policía, los delincuentes tomaron aquello como una trampa y le volaron el cerebro a la chica con una escopeta. Fue la única eventualidad que manchó la captura de esa peligrosa banda de asalta bancos.

Es increíble como se entera uno de cosas que no sabía, resulta que Ana estaba embarazada, eso explica porqué quería perjudicarme, me iba a culpar, afortunadamente el feto se parecía mucho al Filomeno ese, bueno, por lo menos el tipo de sangre no coincidía con el mío.

No se que pensar, hace años que pasó esto y me siento muy solo, a veces parece que recuerdo haber orinado ese perro de fieltro, sea que lo haya hecho o no, me habría gustado hacerlo, hace varios días pasé frente a su casa, todavía viven sus papás ahí, lo agradable es que he visto la margarita en aceite por la ventana, la guardan todavía, talvez no saben de donde viene, como yo no se de donde vino.

A veces pienso que me quería en verdad, pero no sabía como hacérmelo saber, digo, planeaba pasar el resto de su vida conmigo, a la fuerza, pero conmigo, o talvez no, talvez lo que quería en realidad era que le mantuvieran al hijo de su desorden, no lo se, a veces la extraño, cada vez que era su cumpleaños le ponía una margarita en la tumba, se secaban tan rápido, o talvez era que visitaba su tumba solo en la fecha de su cumpleaños.

Tengo la pluma guardada, algún día la arreglaré, o talvez es mejor si la dejo como está, igual no creo que vaya a usarla nunca, nunca me gustó sinceramente.

La pulsera la pongo siempre bajo mi almohada, es una suerte de ritual que practico cada noche, le doy un beso, la pongo ahí y me duermo recordando a la niña rubia que me acompañaba en el autobús, era tan distinta a la que me dio la pluma, mas pura, muy hermosa, aún antes de que la vida se llevara a Ana por delante, ya extrañaba yo a la niña de la pulsera, todas las noches tiraba una lágrima por ella, como parte final del ritual.

Sin duda alguna, mi recuerdo favorito que no es la pluma, ni la pulsera, es un trocito casi carbonado de tan viejo que es, es una espina de rosal, tiene una gota de sangre todavía, aunque solo yo la veo, rara vez la saco, y fue hace unos días que jugaba con ella entre mis manos…

miércoles, 16 de julio de 2008

Adiós


No volveré a escucharte en la penumbra,
Ya no veré tu rostro en mis ocasos,
Ya nunca escucharé venir tus pasos,
Y sufro mientras mi alma se acostumbra…

La luz del sol es poca, ya no alumbra
Y muero entre silencios tan oscuros,
Empiezo a dar adioses prematuros,
La soledad disipa mi esperanza…

Agujas de un reloj en plena danza,
Me dicen que vendrán tiempos muy duros,
Yo quedo abandonado, sin consuelo,
Me estoy ahogado acá entre mil sollozos…

Recuerdo esos momentos tan hermosos
que me hacen olvidar que estoy de duelo,
La lluvia se hace llanto que del cielo,
Parece comprender este dolor…

Seguro estoy que no es esto lo peor
que puede sucederme en esta vida,
Te vas pero aún así serás querida,
Te vas, yo te deseo lo mejor…

Walter Gonzalez

lunes, 14 de julio de 2008

Cuento:...Y entre mis manos se perdió, Parte III


Tercera y penúltima parte de este cuento, se concreta acá la idea de una "sutil" venganza que puede ser buena o mala en su realización, eso ya lo veremos...


La foto de la par es de una margarita...


Bueno, creo que antes le gustaban las margaritas a Ana, y ahora también, pero no las mismas, como que antes las olía y ahora se las bebía, talvez ese era el problema, ella había crecido y yo no, todavía veía caricaturas en la tele y nunca había tenido una relación seria con nadie, pero creo que sería mas honesto por parte de Ana dejarme en paz, ¿no?, no le he hecho nada, bueno, tal vez era eso, talvez ella me quería, a su modo, pero me quería, era demasiado orgullosa para reconocerlo en todo caso, la persona menos vulnerable que he conocido.

El primer punto muerto era emborracharla, yo no podría hacerlo, me quedaba difícil acercármele, sobre todo después de lo de la desnudez, los orines y todo eso, talvez si ponía una droga en su bebida, escopolamina en su almohada o, no se, un mazazo en la cabeza, de cualquier forma, seguía el primer problema, cómo acercarme, no quería involucrar a mi amigo, considerando que podía suceder que me descubrieran a medias, bueno, correr yo con la responsabilidad era una cosa, pero no soy el tipo de persona que involucra a un amigo, no de esa forma, ni en estos casos, o no se, ¿desistir?, era tarde, tenía mi mente concentrada en ello, de pronto pensé algo, una solución bastante burda, algo así como enviarle el veneno por correo, y ahora ¿de donde me venía la palabra veneno?. Y ahora estaba otra vez en el jardín, hace años, cinco, veinte o cuarenta, trataba de acostumbrar mi muñeca a una pulserita de aquellas que se hacen con pita y que tienen un nombre, ah, pulseritas de la amistad les dicen, tenía un nombre por encima “ANA”, para que no me olvides me dijo aquella voz todavía infantil, me besó la mejilla como cuando teníamos cinco años, ahora teníamos quince, disfrutaba particularmente el brillo, el de sus ojos y el de su cabello, era casi como ver el sol al atardecer, no por su color, pero por su intensidad, por su fuerza. Parecía que me quería, parecía que yo la quería también, corté una margarita y la puse en su cabello, me sonrió y caminamos juntos hasta el bus…

…los años han sido malos…

…y aparecí otra vez en el bar.

No tenía la idea muy clara, no tanto como mi intención, pero a la mañana siguiente comencé a dar pasos para llevar a cabo mi acto, fui a una tienda de flores y le envié un arreglo de margaritas, una caja de chocolates, bombones y una botella de vino, todo a nombre de Filomeno quien, según una carta que acompañaba todo, el plan era revivir a Filomeno por última vez, hacerla llegar a un lugar no muy decente y hacer que sus padres la hallaran ahí,¿Qué tal? Al fin de cuentas no habría desnudez.

Creo que la verdadera fuerza de esta treta era hacer revivir a Filomeno, que por cierto no se llamaba en verdad Filomeno (lógicamente), de quien yo si sabía el paradero, en realidad quería ignorarlo, la cosa es que es talvez el único tipo al que Ana si ha querido, ¿Ana queriendo a alguien?, el caso es que este sujeto solo se aprovechaba de ella, ya saben a que me refiero, la chantajeaba sentimentalmente y él obtenía su ganancia sexual, al tiempo alguien le ganó la partida al tal Filomeno, resultó dando prole a otra pobre ilusa, pero lo hicieron quedarse con ella. Ana sufrió mucho por eso, y entonces fue que yo resucité en su vida, he tenido que pagar los platos rotos de Filomeno, pues ella esperaba que yo fuera igual que él, desgraciadamente mi moral y autocontrol la hicieron desesperarse y talvez haya sido esa desesperación la que la hizo hacerme esto que me hizo.

Ahora que Filomeno había dejado a su “esposa” y regresaba arrepentido a conquistar a Ana (todo eso según mi carta, ¡¡¡jua, jua, jua!!!), ella estaba segura de que su felicidad estaba cercana, la veía sonreír a menudo, de verdad que lucía feliz, según ella me hacía sufrir al alejarse de mí sin darme explicaciones, yo me mataba de la risa porque sabía lo que ella tenía en mente, ella no lo sabía, yo era el Filomeno de las cartas. Definitivamente era mejor que matarla.
Continuará la próxima semana...

jueves, 10 de julio de 2008

JUEVES

Hoy tengo el agrado de presentar a todos ustedes un trabajo de mi amiga Ana Patricia Cruz, es un anhelo expresado en poesía, de estirarle los segundos a un día tan solo, de cada siete...

Dejo también una introducción al mismo elaborado por su autora...

"Para Monchito,

Porque entre nubes, luz y oro me diste tu amor, porque dejaste tus huellas en mi alma, porque me das vida con tu brillo y porque aún cuando este tiempo de probación acabe, te encontraré de nuevo en mi primer hogar. . .gracias por enseñarme a soñar"

Cual día perfecto
para hacerte cosquillas,
sobar tu cabello
y besar tu barbilla

Cuán dulce el sonido
de su nombre a mi escuchar
y aún más dulce el motivo
de entre llamadas escapar

Porque viernes es muy tarde,
porque lunes es muy pronto,
porque miercoles y martes
hasta suena un poco tonto

Soñare con tal encuentro
como si fuera el primero
o el único de tantos
que me producen fiel desvelo

Por solo uno escaparía
hasta el fin del universo,
por solo un tierno yo daría. . .
por solo un dulce y bello beso!

Daría todo lo que tengo,
daría todo lo que soy
hasta la esencia de mi sangre,
hasta la cama en donde estoy

Si me prometes solo un beso,
si me concedes un abrazo,
si me regalas tu mirada
una sonrisa sin retraso

Te escaparías tu conmigo
el jueves mas sin sospechar,
Oh, dulce principe divino
que robare tu suspirar?

Pues lo que quiero es decirte,
solo deseo confesar,
dejame el jueves susurrarte
que te quiero. . .nada más.

lunes, 7 de julio de 2008

Cuento:...Y entre mis manos se perdió, Parte II


Segunda parte de este cuento, en esta parte se intriga un poco la cosa, pero vemos algunos aspectos que quizá de inicio no habían quedado muy claros.


La Ilustración es de Charles Allan Gilbert, se llama "All is Vanity"...


Ahora que lo recuerdo es gracioso pensar como haces cosas que no harías y luego no recuerdas haberlas hecho, o es eso o es que no has hecho nada que no harías pero como de todas formas no te vas a recordar te hacen creer que hiciste cosas que no hiciste, ¿Qué diferencia hay?, de todas formas la culpa y la consecuencia no serán fáciles de eludir, a no ser que tengas costumbre de hacerlo. Se que no le hice nada a Ana, no tengo pruebas pero lo sé, y en el fondo se que ella lo sabe también, nunca ha sabido mentir, dice que me bebí tanto alcohol que no alcanzó para que ella se mareara siquiera, y que me puse violento y que tiré las fotos, y que maldije a Filomeno, y que me oriné en su perro de fieltro, y que a base de fuerza le hice no se que cosas vergonzosas de contar a ella y bueno, que cuando llegaron sus papás me hallaron sin ropa en la sala, pero no podía ser posible, me mata de vergüenza la idea de desnudarme en público. Se que eso no sucedió, pero no puedo probarlo, no se que pretende Ana, solo puede ser un extraño y mórbido deseo de hacerme daño, pues nunca ha querido aceptar un verdadero compromiso conmigo, los dos sabemos muy bien que ella no me ama, y es mas, yo tampoco la amo, de cualquier manera es lógico suponer que esta treta solo tiene dos posibilidades, o es una estratagema cuya única finalidad es hacerme daño, o es verdad.

Ana no es el tipo de persona que de verdad ama, eso es triste, pero si la conocieran seguramente la odiarían, se ama demasiado a sí misma, cree que es mas importante de lo que en verdad es, y nunca le ha importado los sentimientos de las demás personas, se aprovecha siempre que puede, nunca pierde y siempre encuentra un idiota, parece que en este momento yo era ese idiota, y ¿Qué me queda? buu, juu, juu, mojarme los ojos y eso, no, esta vez ya no, tenía que darle una lección, algo grave esta vez, bien, repasemos los hechos, sus padres me hallaron desnudo en la sala de su casa, es la única cosa que pasó y se que sí pasó y es la única cosa de todas las que me achacaron que no habría hecho, que cómico, ¿no?.

Sabía que había algo detrás de todo esto, talvez su papá me mataría, pero que beneficio obtendría Ana de ello, su papá en prisión, yo muerto, ella, una madre soltera, su madre con los ojos arrugados de tanto lloriquear, Filomeno riéndose desde el infierno, de pronto pensé en mi amigo, el del Tercelito, no tenía nada que ver, pero sería gracioso ir a tomar unas cervecitas con él, con suerte se apiade de mí y me mate.

Tenía los brazos adoloridos, la cara aún raspada y muchos moretones en el cuerpo después de que su papá me echara de la casa por las escaleras, y así desnudo tapándome con lo que podía y entrando por la ventana de mi cuarto me hallé por fin a salvo, nunca creí que cinco cuadras fueran tantos metros, le contaba la historia a mi amigo para que me ayudara a fraguar una buena venganza, o al menos que me ayudara a limpiar mi nombre, no tenía en mente algo tan grave como un homicidio, pero no se de donde me salió la palabra homicidio, ¿Qué tal? Cada vez me hundía un poquito más. Menos mal que no estaba solo, mi amigo me hizo desistir de aquella estupidez, bueno, en realidad no era un plan, sino una simple rabieta de borracho, algo no digno de tomarse en serio, mas o menos como las “Guerras de Regalos”, si, algo así era lo que quería hacerle, solamente que me la pagara.
Partimos de la lógica, algo mas o menos concreto, digo, si borracho me había engañado, lo mejor sería que borracha le hiciéramos confesar su mentira y mejor aún, ponerla en ridículo, era una buena idea, me mataba de la risa de solo pensarlo, es que imagínate a la persona que te quiso arruinar, si, imagínatela, borracha y desnuda, es tan risible que casi no puedo escribir, me imagino que así se reía ella cuando fraguaba la bromita que me jugó, ah, que sabrosa es la venganza, eso creía yo, y de pronto me vi remontado a unos cuantos años atrás, no se cuantos, cinco o veinte años, cuarenta talvez, si tuviera mas de cuarenta, y pude ver a la chica de las trenzas doradas, era como atractiva, pero los dos teníamos cinco años, cuando uno es niño siente una extraña filia que no se puede describir, es como si supiéramos sin temor a equivocarnos, quien es una persona digna de nuestro amor, como mi maestra de segundo primaria, si, se que suena bizarro, pero bueno, estaba en que teníamos cinco años cada uno, las mejillas coloradas le daban un aspecto como de caricatura china, y su vestidito a cuadros, vaya este recuerdo sí que era vívido, y yo, con mis rodillas enlodadas, y una espina en mi mano pues había ido a cortar una flor para esa niña, una margarita grande, lógico que la espina era de otra cosa, de una rosa que deseché por no tener personalidad, a mi juicio era mas valiosa una planta que se parece al sol a una que parece una víscera de no se que animal, ridículo pero las flores rojas no me gustaban, se me hacían como sangrientas, (es una larga historia que no me detendré a contar pero quizás algún día). Bueno, el caso es que le daba la flor a la chiquilla, no recordaba que fuera yo tan caballero a esa edad, pero se la di, ella me besó la mejilla, me olvidé por completo de la espina y de pronto estaba de vuelta en el bar, eso era lo que quería, ahora lo entendía claramente, lo que nunca había recibido y estaba loco si pensaba que algún día recibiría por parte de una persona como Ana, aquí viene la parte cómica, la niña era Ana, dime si los años no son crueles…
Continuará...

miércoles, 2 de julio de 2008

Un Jardín en Luxemburgo


(antes que nada aclaro que este lugar llamado "Los Jardines de Luxemburgo" está en París)



Sueño del que desperté,

terminó toda ilusión,

Solo, con una canción

triste al final me quedé.

Tomé fuerzas, no lloré

y el día me fué testigo,

Luego del duro castigo

que por nada recibí,

una cosa yo aprendí

siempre cumplir lo que digo;

Sé muy bien que en este adiós

mi cariño te demuestro.

El dolor es buen maestro

y un sollozo es esa voz

que el hombre manda hasta Dios,

bebiendo la amarga hiel.

La letra hiere al Papel

y al corazón las palabras,

por cada ventana que abras

mi voz entrará en tropel

para decirte mil veces

nunca serás olvidada.

Por cada noche estrellada,

Por cada campo y sus mieses,

Por cada lago y mil peces,

Por cada herida que purgo,

Cada vez que un dramaturgo

llanto en su prosa traerá,

Mi corazón buscará

un jardín en Luxemburgo.