lunes, 14 de febrero de 2011

Carta para Amalia

del Doctror Chong Ging Lee Duarte.

Obra Ganadora del concurso Carta Romántica 2011, organizado por la Casa de la Cultura de Villa Nueva, Guatemala.

Livingston, Izabal, 7 de febrero de 2011

Srita: Amalia Cienfuegos Matamoros

Ciudad de Guatemala, Guatemala.

Querida Amalia:

Desde este puerto de hermosa bahía y encendido cielo, donde un día por tu
nacimiento, se llenó de alegría el puerto y el pueblo entero celebró su dicha con Casabe, pan
de coco y Bulá, se bailó por todas las calles el Yancunú y el Consejo de Ancianos de los
Garífunas decretó día de fiesta en la población.

Cómo no voy a recordarte, si ese día que naciste, apenas cumplía yo mis nueve
años de edad y mi madre me llevó de la mano a la Iglesia del Sagrado Corazón, donde se
oficiaba la misa en tu honor. Tus padres eran grandes amigos de mis padres y como cosa muy
especial para mí, porque ese mismo día, yo cumplo años, y como mis padres fueron tus
padrinos, tuve la suerte de cargarte en mis brazos. Desde ese día no olvido tus ojos y la dulce
mirada que me dirigiste, fue algo indescriptible que hasta la fecha no he podido comprender,
según el brujo de los Siete Altares y la bruja del río Quehueche, somos dos almas gemelas
nacidas para amarse.

El tiempo fue haciéndonos crecer y a mis doce años yo te besaba las manos y
tú te reías con gran alegría, pasaron los años y cuando cumpliste tus quince años, yo regresaba
de la Antigua Guatemala ya graduado de maestro de educación primaria urbana a mis
veinticuatro años de edad y fue, entonces, cuando mi cariño hacia ti se volvió amor, ya no
pude arrancarte de mi pensamiento y en mis noches de insomnio era en ti en quien pensaba
hasta el amanecer. Cuando estabas cerca de mí, mi corazón palpitaba con tanta fuerza, que a
veces pensaba que me estallaría de emoción y sólo rozar tu piel, me estremecía y acariciaba mi
mano por la noche recordando tu cuerpo de mujer.

Por fin, aquella noche de luna llena te tomé de la mano y caminamos hacia el
muelle municipal, nos sentamos juntos y en silencio observamos la quietud de la bahía y en el
horizonte dos cayucos chinchorreros se alejaban cantando, dichosos, a pescar, te recostaste
en mi hombro y yo te abracé, me miraste a los ojos con inmensa ternura que me llenaste de
ti, te besé en la boca y recorrí tu océano con mis manos llenas de sed, no puedo relatar todo
lo que pasó, esa noche , pero fue lo mejor que me pudo suceder, recorrí el más dulce de los
viajes bajo aquella noche de luna llena, que estrechó nuestra vidas en un solo corazón.

Hoy, que estás muerta y enterrada en el cementerio del barrio de Campo
Amor, te llevo esta carta para que la leas en el más “allá” y sepas que siempre te amaré desde
el día que naciste hasta aquel naufragio trágico, donde se ahogaron muchos seres queridos
de nuestro puerto y tú, salvaste a tres personas, pero al fin te ahogaste también, junto a
tantos panas amados.

Desde esta Buga de nuestro amor, tuyo para siempre

Pla.

2 comentarios:

YRAM SALINAS dijo...

QUE HERMOSO ME HIZO LLORAR ESTA CARTA MIL GRACIAS POR PERMITIRNOS LEER TUS OBRAS... QUE SON HERMOSAS WALTER.

SALUDOS
YRAM

Walter González dijo...

Mil gracias por tu comentario, te cuento que la autoría de esta carta es del Doctor Chong Ging Lee, la publiqué acá haciéndole homenaje, saludos!