viernes, 26 de febrero de 2010

Parque Colón

El parque Colón,
un puerto que siempre espera por mí,
Naves rojas
en que vi por las noches
el incierto no llegar.

Talvez despierto,
talvez no tanto,
viajé con su viento,
vislumbré en cada asiento
una huella,
un rastro
que fue epopeya de veces que no soñé.

El parque Colón,
Rebaño de manadas de piñatas,
pequeño pueblo de ratas usurpándose en un baño.

Comedor
en un escaño de historia,
de capital,
de restos de mineral.

Vecino de prostitutas,
son parque Colón
tus grutas las del amor
en ritual.

El parque Colón,
hotel,
mercado de lustradores,
escenario de impostores en sombra
de ajena piel.

El parque Colón,
la miel de negras moscas,
un templo dominical,
un ejemplo de biblioteca vacía,
recreación que desvaría la imagen
que no contemplo.

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