miércoles, 11 de julio de 2007

Perla y las Ostras

Cayó de pronto al mar una perla,
No le costó hallar fondo, por cierto,
Mirola un ostión que estaba despierto,
Cerca la tuvo para conocerla,

Le vió aquel brillante y enorme ojo:
“Bella soy”, dijo, “y tu eres horrible”,
La perla sintiose irresistible,
Capaz de lanzar juicios a su antojo.

Con la corriente vinieron más ostras,
Perla les vio y les tuvo desprecio,
Lanzando insultos a volumen recio:
“Hey Perla, que tienes contra nosotras”,

Llegaron las ostras hasta la orilla,
Las olas profundas les daban vía,
En la playa vieron que era de día,
El sol brillaba y luna no había.

Perla tras ellas había recorrido,
El trecho en la arena que habían andado
Y luego que ellas le habían notado,
Perla gritaba: “¡Que me oigan les pido!”

“Mas bella yo soy que ustedes,
Por cierto, sus dones debo merecer”,
Ellas respondieron: “Has de perecer,
No vas a atraparnos con tontas redes”,

Al punto sus conchas ellas abrieron,
Perla quedose con la boca abierta,
Quien se creía en bellas experta
Perlas miraba que ahí aparecieron,

Lo que pasó Perla no se lo explica,
Todas se fueron encima de aquella,
Quebraron a golpes la esfera bella,
Que era realmente una simple canica.

Habemos ostras en todo este mundo,
Perlas portamos por dentro escondidas,
También falsas perlas muy presumidas,
¿Qué cosa eres tú? ahora pregunto,

No juzgues un libro por su portada,
Tampoco a la gente por su apariencia,
No te creas algo si tú no eres nada,
Pues nadie tendrá contigo paciencia.

viernes, 6 de julio de 2007

The Tune

Once there was a tune and everyone knew how it went
But as time went by, people began to forget
Until at last no one could remember.
And there was hatred, and wars, and death.

Then one day somebody said, "How does the tune go?"

"There is no tune, there never was; it's only a myth."
These were the philosophers.

"You mean there's no tune at all?"

"Well, it doesn't really matter what tune you play
As long as you play something."
These were the religious leaders.

And so the world played on.
And there was hatred, and wars, and death.

Then one day the people became weary of this song
And they all sat down on the side of a hill
And suddenly they heard a very strange voice
And somebody said, "That sounds like the tune."

"There is no tune, there never was, there never will be."

"Well, it doesn't really matter what tune you play
As long as you play something
And you don't hurt anybody - especially me."

But the people listened
And a man appeared before them
With a smile on his face
And a sad look, too,
And he was singing the tune.

And some of the people began to sing along.

And the people who loved Him
Decided to follow him,
But the people who hated him
Decided to kill him. And they did.
And when it was finished,
They went back to their houses of philosophy and religion
And they sat down to their tables to eat and drink.

Suddenly, they were interrupted by a familiar voice
And they ran to their windows and looked outside
To see who it was. It was him.

And they became confused and afraid
And they wondered how they could be rid of him
Once and for all.
And while they were watching him,
Something very strange happened.

"How did he do that?"
"I don't really know, but he's gone...
And when trouble goes, you don't ask where.
He'll never return again. I hope."

Yet again they were interrupted.
This time they ran out into the streets to lay hold of him
But they couldn't find him.
Just a lot of people smiling, and they all know the tune.

And when the people made a mistake
They stopped and they listened.
That's how they knew the tune,
Because they listened.

And if you listen, you'll hear it.
It's all around you.

Just listen to your radio,
Watch television,
Listen to your leaders, to the authorities,
To the governments, to the experts.

But if you really listen,
You can hear another tune,
But you have to listen quietly,
And you have to listen every day.

martes, 3 de julio de 2007

No se que...

No se que tienes en el cuerpo,
Pero me hace desearte cerca de mi cuando te veo

No se que tienes en los labios,
Pero me hacen desear un beso tuyo, vida mía

No se que tienes en las manos,
Pero me hacen desear tus caricias

No se que tienes en los sueños,
Pero me hacen desear estar contigo cuando los tienes

No se que hay en tu voz,
Pero me hace desear oír tus palabras

No se que hay en tu aliento,
Pero me hace desearlo en mi cuello

No se que hay en tu mirada, en tu sonrisa,
En tu aroma y en tu presencia,

No se que hay en ti,
Y lo que hay fuera tuyo tampoco lo se…

ESPASMO II

EL DISCURSO DEL CAPITÁN

Al mismísimo capitán todos ponían por las nubes.
¡Qué porte, qué naturalidad y qué gracia!
¡Qué solemnidad, también! ¡Cualquiera podía ver que era un hombre sabio,
con sólo mirarle a la cara!

Había comprado un gran mapa del mar,
sin un solo vestigio de tierra.
Y toda la tripulación estaba encantada, al ver que era
un mapa comprensible para ellos.

"¿Qué utilidad tienen el Ecuador, el Polo Norte y las zonas de Mercator,
los Trópicos y las líneas de los Meridianos?"
Así decía el capitán. Y la tripulación contestaba:
"¡Son solamente signos convencionales!"

"Otros mapas tienen formas, con las islas y los cabos,
pero nosotros debemos agradecer a nuestro valiente capitán
(así hablaba la tripulación) que nos haya comprado el mejor...
¡un perfecto y absoluto mapa blanco!"

Esto era maravilloso, sin duda, pero pronto averiguaron
que el capitán, al que ellos tenían en tan buena estima,
sólo tenía una idea para cruzar el océano,
y ésta era tocar su campana.

Era pensativo y serio, pero las ordenes que daba
eran suficientes para desorientar a la tripulación.
Cuando gritaba "¡Girad a estribor, pero dejad la proa a babor!",
¿qué diablos podía hacer el timonel?

Entonces el bauprés y el timón se confundían en ocasiones,
algo que, como decía el capitán,
ocurre frecuentemente en climas tropicales,
cuando una nave está, por decirlo así, "snarkada".

Pero el fallo principal ocurrió durante la navegación,
y el capitán, perplejo y afligido,
dijo que él había esperado, al menos, que cuando el viento soplara
hacia el Este, el barco no fuese rumbo al Oeste.

Pero el peligro había pasado. Por fin habían desembarcado,
con sus cajas, maletas y bolsas.
Sin embargo, a primera vista, a la tripulación no le gustó el paisaje,
que estaba plagado de acantilados y rocas.

El capitán percibió que los ánimos estaban bajos
y contó, en tono melodioso,
algunas bromas que se había guardado para las ocasiones de aflicción.
Pero la tripulación no hacía más que gemir.

Les sirvió ponche con mano generosa
y les invitó a sentarse en la playa,
y ellos reconocieron que su capitán tenía un magnífico porte,
mientras permanecía de pie lanzándoles un discurso.

"¡Amigos, nobles y campesinos, prestadme atención!"
(A todos les gustaban las citas,
así que a su salud bebieron y gritaron tres hurras,
mientras él les servía otro vaso.)

"¡Hemos navegado varios meses, hemos navegado muchas semanas
(cuatro al mes, podéis anotar)
pero todavía, hasta este momento (y es vuestro capitán el que habla),
no hemos visto, ni por asomo, un snark!

¡Hemos navegado muchas semanas, muchos días
(siete por semana, lo reconozco),
pero nunca un snark, sobre el que nos encantaría poner la vista,
nos hemos encontrado hasta ahora!

Venid, escuchad, compañeros, mientras os vuelvo a decir
las cinco señas infalibles
por las que vosotros sabréis, donde quiera que vayáis,
que se trata de un genuino snark.

Vamos a conocerlas por orden. Primero, el sabor,
que es escaso y engañoso, pero crujiente,
como un abrigo que está demasiado ajustado a la cintura,
con un aroma a gusto de alfeñique.

Su hábito de levantarse tarde, estaréis de acuerdo conmigo
en que va demasiado lejos, cuando os digo
que normalmente desayuna a la hora del té
y cena al día siguiente.

Tercero, es lento para entender un chiste;
si os atrevéis, probad con alguno,
y suspirará como una criatura muy triste
y siempre estará serio ante un juego de palabras.

Cuarto, le encantan las cabinas de baño,
que constantemente lleva de uno a otro lado,
porque cree que le añaden belleza al paisaje...
Opinión que puede dudarse.

Quinto, es ambicioso. Pero debemos
describir dos grupos;
distinguir entre los que tienen plumas y pican,
y los que tienen bigote y arañan.

Porque, aunque normalmente un snark no hace daño,
es mi obligación deciros que algunos son boojums..."
El capitán, alarmado, se quedó de repente callado
al ver que el panadero se había desmayado.

La Caza del Snark,
Lewis Carroll

Galimatazo

Brillaba, brumeando negro, el sol;
agiliscosos giroscaban los limazones
banerrando por las váparas lejanas;
mimosos se fruncían los borogobios
mientras el momio rantas murgiblaba.

!Cuídate del Galimatazo, hijo mío!!
Guárdate de los dientes que trituran
y de las zarpas que desgarran!!
Cuídate del pájaro Jubo-Jubo y
que no te agarre el frumioso Zamarrajo!

Valiente empuñó el gladio vorpal;
a la hueste manzona acometió sin descanso;
luego, reposóse bajo el árbol del Tántamo
y quedóse sesudo contemplando…

Y así, mientras cavilaba firsuto!!
Hete al Galimatazo, fuego en los ojos,
que surge hedoroso del bosque turgal
y se acerca raudo y borguejeando!!

!Zis, zas y zas!
Una y otra vezzarandeó tijereteando el gladio vorpal!
Bien muerto dejo el monstruo, y con su testa!
volvióse triunfante galompando!

!¿Y haslo muerto?! !¿Al Galimatazo?
!!Ven a mis brazos, mancebo sonrisor!!
Qué fragarante día! !Jujurujúu! !Jay, jay!
Carcajeó, anegado de alegría.

Pero brumeaba ya negro el sol;
agiliscosos giroscaban los limazones
banerrando por las váparas lejanas;
mimosos se fruncían los borogobios
mientras el momio rantas necrofaba…

Alicia a traves del espejo,
Lewis Carroll,
Trad. Jaime de Ojeda